Arcos Azuis: Entrevista para o site Aldea Cultural

En el comando de la productora paulista Zuba Filmes, el realizador Jefferson Manes Alves acumula experiencia al frente de diversos proyectos, como videoclips, programas de televisión y videos de los más diferentes formatos. La incursión en el género de la ficción tuvo su primer resultado en agosto del año pasado, cuando el director presentó el cortoArcos Azuis (Arcos Azules), hecho en coproducción con Cinema de Guerrilha.

Además de haber sido exhibido en la Cinemateca Brasilera, el trabajo fue seleccionado para participar del Sapporo International Short Film Festival and Market(Japón) y del Concorto Film Festival del Cortometraggio (Italia). Con una estética totalmente urbana y un guión basado en un cuento de André Parra, el corto tuvo los actores Alexandre Amazonas, Juliana Amorim y Érika Forlim como protagonistas de una trama que acompaña el universo solitario, surrealista y decadente de un joven.

En una breve entrevista, el director habla sobre su corto de estreno, revela sus principales influencias y también teje comentarios sobre la compleja situación del cine en Brasil, así como las opciones proporcionadas por los nuevos medios.

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Entrevista I Jefferson Manes, realizador

"Las salas de cine contribuyen con una dictadura cultural"

ALDEA CULTURAL (AC). El año pasado, presentaste el cortoArcos Azules, que fue exhibido en la Cinemateca Brasilera y también en festivales internacionales. ¿Cómo fue la recepción del público a ese trabajo?

JEFFERSON MANES (JM). En su estreno tuvimos la sala BNDES de la Cinemateca copada y la película fue bien recibida por el público. Creemos haber alcanzado un gran público también en los festivales internacionales, blanco de este tipo de producción, tanto en Japón como en Italia.

AC. ¿Cómo fue hecha la selección del trío de actores que protagonizó el corto?

JM. Difundimos a través de internet y de productores de casting. Efectuamos algunos tests de selección con actores que encajaban en el perfil de los personajes, terminamos encontrando a la actriz Juliana Amorim, el actor Alexandre Amazonas y una actriz que desistió del papel poco antes de las filmaciones; la actriz Érika Forlim terminó ingresando al casting por indicación de Juliana Amorim, que ya conocía el perfil deseado para el papel.

AC. En el blog de la producción, afirmaste que una de tus referencias fue el filme Spun. ¿Qué otras películas o directores te influyeron/influyen?

JM. Creo que no sólo las películas y pinturas terminan influyendo en mi trabajo, en realidad lo que más me ha llevado a hacer esta cinta sin duda es el surrealismo absurdo que vivimos en nuestro día a día en cualquier local del planeta, aquello que está en nuestra cara y no vemos por más próximo que esté. [Influencias] Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock, Glauber Rocha, Amâncio Mazzaropi, Carl Theodor Dreyer, Luis Buñuel, Brian de Palma, Ed Wood, Georges Méliès, entre tantos otros artistas. La influencia para esta obra fue realmente la película Spun, así como obras de René Magritte, Salvador Dalí y Buñuel.

AC. En un país en que la distribución y exhibición de largos ya es complicada, ¿cómo quedan los cortos? ¿Cuál es la salida para ellos?

JM. Creo que la salida para los cortos y otros productos de tamaño semejante debe ser dirigida hacia un tipo de difusión poco utilizado hasta el momento, siendo una posible tendencia la venta o exhibición por teléfono celular. Es lógico que cuando se produce

Escena del corto Arcos Azules l Pulsa para ampliar

una película quieres verla en la pantalla del cine, pero la dificultad de difusión por este medio es tan compleja y sin apoyo en este país que es más fácil para el realizador obtener visibilidad de su cortometraje en el mercado extranjero, sea por los medios tradicionales de exhibición o nuevos medios.

AC. Con la tecnología digital, quedó más barato producir; de la misma forma, la internet hoy facilita la difusión de trabajos. En contrapartida, el público es cada vez menor en las salas de cine y obtener patrocinio es siempre difícil. ¿Cómo ves el panorama actual del mercado brasilero para los realizadores?

JM. Sin duda está mucho más barato producir, pero aún hay un cierto prejuicio en el mercado audiovisual brasilero con quien hace su trabajo en video, sea él en HD o cualquier otro formato digital. Si no tienes una copia en 35 mm, por ejemplo, no puedes inscribir tu producto en varios festivales importantes del escenario nacional. Considero realmente absurdo este tipo de perspectiva, pues no importa y no influye en nada el contenido de la obra. Es lógico que una cinta hecha en 35 o 16 mm queda estéticamente más bonita, pero, además de todo el proceso ser altamente dispendioso, es contaminante al medio ambiente y encima segrega los tipos de productores del audiovisual en el país. Todo eso termina reflejándose en las salas de cine, que en la gran mayoría son de corporaciones que cobran precios altos por la entrada y contribuyen con una dictadura cultural apoyada por los estudios y mercado cinematográfico americano, que nos obliga cada vez más a consumir productos del audiovisual americano. Yo no tengo coraje de pagar 20 o 30 reales para ver una película en una sala de cine, siendo que la misma cinta está disponible por internet para hacer el download, eso sin hablar de la calidad y carácter tendencioso de este tipo de película. Creo que el público que frecuenta, disfruta, entiende y participa de los circuitos de cine será cada vez más reducido si esta situación no cambia, como lo que ocurre con la industria fonográfica en el globalizado mundo actual.

AC. ¿Tienes nuevos proyectos en el área de ficción? ¿Cuáles?

JM. Actualmente vengo dedicándome a proyectos de bandas sonoras y documentales que tengo hace mucho en el cajón. Tengo sí algunos proyectos de ficción en etapa de idealización, uno de los proyectos en etapa de preproducción trata sobre músicos en Brasil.